El proyecto All-gas supone una revolución en el campo de la economía circular ya que consigue la depuración de aguas residuales con consumo energético casi cero, generando al mismo tiempo biocombustible de forma sostenible.
El proyecto utiliza las aguas residuales urbanas como fuente de nutrientes para el crecimiento de algas en piscinas o tanques de circulación. Estas algas, que consumen la materia orgánica y los nutrientes de las aguas usadas, generan a su vez el oxígeno necesario para el proceso de depuración convirtiéndolo en prácticamente autónomo en términos de energía. Además, la biomasa algal excedente es cosechada para generar a partir de ella biocombustibles aptos para su uso vehicular y cerrar así el círculo que transforma los residuos en recursos.
Esta tecnología, un ejemplo paradigmático y perfecto de circularidad, está llamada así a ser el futuro de la depuración en poblaciones pequeñas y medianas (algo que supone las dos terceras partes de los municipios españoles, por ejemplo). All-gas podría convertir, por ejemplo, a muchas ciudades en autosuficientes para abastecer a su flota de autobuses, coches de policía, ambulancias, camiones de basura u otros vehículos de servicios municipales.