La economía circular a través de la reutilización y evitar el desperdicio, puede ser de gran ayuda para la Acción humanitaria y la Inclusión Social, como por ejemplo, reduciendo la pobreza provocada por la privación material. Por otro lado, la recirculación y reutilización de productos, reduce el impacto en las emisiones de CO2, ya que de otro modo serian desperdiciadas, y provocarían un impacto negativo por la huella de fabricación, su desperdicio y destrucción sin uso; que no tendría sentido lógico ni rentabilidad social alguna. Las donaciones en especie pueden ayudar a reducir la pobreza y las desigualdades, aunque también generan costos a la organización receptora. Este tipo de donaciones de grandes empresas, pueden formar parte de los planes de respuesta de Cruz Roja y de distintas ONG, para la reducción de la vulnerabilidad de las personas, en sus estrategias a corto y medio plazo. Para ello, se requiere una cadena solida de suministro y gestión logística para ser eficaces. En lo referente al cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el aumento de la reutilización de productos reduce la huella de carbono y las emisiones en las actividades de las organizaciones sociales. Justificación del proyecto Debido a la crisis económica a nivel global, muchas empresas por todo el planeta disponen de excesos de existencias que no son aptas para la venta por diversas razones. Entre muchas, éstas: los artículos no pasan el control de calidad, producción defectuosa del modelo exacto solicitado, que sean productos fuera de temporada, que hayan sido reemplazados por nuevos mas actuales y demandados, etc. También encontramos desafortunadamente, situaciones como estas: inventarios disponibles cuando las empresas cierran y cesan sus actividades, situación que se ha acentuado con la actual pandemia de la COVID19. Independientemente de la razón, hay ocasiones en las que empresas literalmente «destruyen» sus excedentes (utilizando la incineración como proceso de gestión de residuos), aumentando la contaminación y el impacto en la huella de carbono global. Algunas autoridades de la Unión Europea, están planteando proponer reglamentos para prohibir la destrucción de excedentes que aún son aptos para el uso de los consumidores, en particular los productos alimenticios y las prendas de vestir. Por lo tanto, en un contexto de sobreproducción de artículos en muchos países, los productores y fabricantes tienen que gestionar adecuadamente el exceso de inventarios, reduciendo costes, y tiempos de mantenimiento y almacenamiento, evitando el desperdicio. En 2016, la Cruz Roja Española se embarcó en un proyecto titulado: «Sistema Centralizado de Donaciones en Especie». Este proyecto trata de ayudar a más de 200.000 personas al año, a través de sus más de 1.400 oficinas locales (filiales) y puntos de atención de la Cruz Roja por todo el país. El objetivo de Cruz Roja es enlazar a las grandes empresas que poseen un exceso sustancial de existencias de artículos nuevos fuera del canal de ventas, con el sistema descentralizado de donaciones en especie existente, gestionado directamente con sus filiales.
Con esta iniciativa, la Cruz Roja Española aumentó su capacidad para gestionar eficazmente las donaciones en ambos extremos de la cadena de suministro:
a) desde el lado de la demanda para captar mejor las necesidades de la población y aumentar su grado de satisfacción; y b) desde el lado de la oferta para aumentar la capacidad de respuesta a los ofrecimientos de las empresas, aumentando su base de colaboradores y logrando ayudar a más personas vulnerables con similar presupuesto. En 2019, la Cruz Roja se convirtió en la primera organización humanitaria en España en unirse a la Red de Proveedores de Servicios de Amazon, un nuevo mecanismo que identifica a los vendedores con exceso de inventarios en la plataforma Amazon dispuestos a donar sus excedentes a organizaciones humanitarias.